Que vereda más gigante es el miedo,
tocamos los fondos de los fondos
y nos presentamos a los campeonatos de las mentiras.
El desparpajo de siluetas que abundan en esta calle
no nos permite conocer otras soleras,
ni tampoco salir a su encuentro.
Hay que acudir a todos los partos
y presentarse como Testigos Claves del crimen,
la insolencia también tiene sus cómplices
y no me molestaría, en este caso,
se aplicara la Pena de
Muerte,
aunque sea por un día.
Solicito, a través de este memorando,
la evolución, el aire
caer del precipicio,
rebotar y tocar la
LUNA
Buscar y buscarse
aún cuando la letra sea pequeña,
cuando los viajes sean cada vez menos,
el Té todavía más cargado
y ya no soportemos despertar con alarmas,
menos en febrero
Hay que asentar las bases de las promesas
comunicar la unión consciente del parche con la herida,
sostener la trenza larga de todas las mujeres
y amamantar el semblante brillante
del pequeño en sus alegrías
Dejémonos de soberbias y altanerías,
adoremos nuestras latitudes,
comentemos sobre nuestras eternidades
y démonos abrazos infinitos sin alergias virtuales
Por que sí, es verdad,
creímos salir victoriosos de este trance amargo,
pero la nube ya nos mojó bastante,
No tenemos ni el alma que quisiéramos,
ni los colores que quisiéramos,
y aún así, nuestros ríos desembocan en otros mares
Merecemos mejorar nuestro presente,
es necesario vislumbrar un destellante futuro,
que no nos baste una sola vida,
si podemos vivir todas las que el tiempo nos permita
Tengo la necesidad del ermitaño,
en la cueva que es un agujero
donde las FELICIDADES deambulan
en los rincones donde no alcanzo.
Tenemos tanto que hacer…
aprender, corregir, conocer, amar…