De pronto,
tu voz insistente irrumpe en mi todo.
tu voz insistente irrumpe en mi todo.
Me arrebata el apartheid que tengo como fachada
y se pone en presencia del lunar que no me favorece.
Es esa eternidad que traes como danzando,
de algún modo...
No conozco el ritmo de tus palabras,
ni la manera en que pones las manos al hablar
ni la manera en que pones las manos al hablar
y sin embargo, ya me compadezco de ti...
Me compadezco de ti por venir aquí,
por querer menguar conmigo,
en este aparente diminuto respiro...
en este aparente diminuto respiro...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario