Bajé a recorrer las mismas carreteras
que anduve en tiempos en que faltabas
y en mi paso fue quedando líquido el camino
por eso que se acumula entre los párpados
Ver como siempre se funde mi pensamiento a las ventanas grises,
a calles polvorientas de la ciudad cuando fue también verano
y tu mirada no aparecía tampoco desde la otra pantalla
Un recuerdo de mis primeros ojos treintañeros
buscando tu boca de vidrio
y en mi cerebro desintoniza el mando sin hallar razón soportable
a ese invernadero sofocante que envolvió mi mente 20 veces
cuando fue siempre invierno y no te tengo otras veinte como ahora...
Vine a mirar los callejones en que despertabas mi esperanza
y en mi cama caían los sueños como granadas hiriéndome también la sien
mutilándome los dedos para no tocar acordes en tu pelo
Mis ganas desesperadas de quererte la mano tapándome el rostro y los senos
donde también humedecería tus yemas por besarte el amor
el amor que boto con mis olas saladas en la orilla donde esperamos por auxilio
y donde también nos enterramos y continuamos enterrándonos
sin percatarnos que habrá un día en que la ola nos borrará hasta la huella
y quizás en ese infierno ya no tendremos ni manos ni rostros para desesperados,
luchar por salir a la superficie...
Aun en esa desesperanza
seguiré besándote el brillo que tienes en los ojos
cuando entre tantas otras veinte situaciones,
logremos acariciarnos las columnas algo rotas
rotas de tanto caer hundidos en la arena que van dejando mis insoportables olas...