Desiertos

Una capa gruesa de escarcha
entre las paredes internas de la casa
va deslizándose inquebrantable
hacia el suelo desértico
donde permanezco inerte en el centro 
dejando caer las rodillas tan congeladas 
como solitarias... 


Libro Rojo





Marcha de tambores en las grietas venosas de mis muñecas 

agiliza la memoria cual percusión en los pies

Ven y corrompe esta canción que respira fuerte

creo que pierdo la calma

también los cigarrillos

Vuelan arquetipos de un Libro Rojo sin abrir

no respiran

pero descienden bañados en la ausencia del todo 

que por ahora abunda sobre esta mesa...










Orificios



Un orificio humano 

es un conducto natural 

que permite entradas y salidas 

de cualquier dedo-pinza 

toda vez que necesites eliminar las tripas 

que al tacto 

son igual de dóciles y arrancables 

que los sesos...







Bichos en la cabeza



Un zancudo en la nariz

detrás del bicho, una mano

tras la mano, un grito

luego del grito

una boca salivando rabia

la boca pertenece a un alterado

con la mano alzada

en la mano, un puño

tras de eso 

un televisor encendido

en la imagen

un tren que avanza de frente

y atropellará toda la maldita escena...




SOLDADOS

Ocho A.M y la rueda comienza a girar
soldados circulando contra magnetismo polar
apretando nudillos y cerrando sus botas
ejércitos de clavos y martillos
van cociendo sus bocas
se observan venir y nunca sonreír
acomodan sus puestos
apretando dientes y nalgas
redondos los ojos tanto como los dedos
pensando en los hijos, el pan y las larvas
recordando con ternura a la criatura menor
así ajustan con más fuerzas las sierras
que mutilan sus ideas grisáceas
Un ojo en el espejo para ver al hombre negro
un látigo se asoma tras la escarcha
el cielo igual de raso parece sucumbir
el tiempo en la arena gris por ahora pasa
y es hora de poner fin
de vendar heridas
atravesar las paredes también plomas de la casa
y acariciar al hijo que en su habitación canta:
"...Welcome my self,
welcome to the Machine..."










Hecha Cenizas

Cayó al calendario la nada
y el pálpito se hizo cruz
lejano el minutero en el techo invernal
percute en los escalones lluviosos
donde se tejen vacías las murallas
herméticos gestos que sólo hablan el código del silencio
el pragmatismo del cansancio
las hojas que sudan sin verde
las caricias que no encuentran yemas
el ladrido de un misterio a lo lejos
en la sombra
las miradas que no acusan recibo
un cenicero en la garganta emulsionando las frases cortas
con las ideas largas
vagas
tal vez simplemente inexistentes
quizás, tristemente hecha cenizas...

Otra para ti, de los días que más te pienso

En el cielo, en el agua, en el aire. No estás físicamente, pero te volviste un suspiro, una risa, un día soleado una cuerda de la guitarra y...

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