De pronto,
todo me parece intrascendente,
como si ya no quedara espacio en mí
para nada más.
Me completas, me inundas
y ahora, extrañamente,
camino mis días con sonrisas exageradas
y siento en los poros
el escalofrío constante por respirarte…
Traigo conmigo la intensidad
de todos nuestros amaneceres
y debo dormir con los dedos amarrados
al globo gigante que es tu planeta…
Es que te presiento tan cercano a mi…
aún cuando la distancia es grande,
tenemos de nuestra parte la velocidad de la Luz
y la sensación de que la teoría de los átomos
disgregados
que vimos en el documental, se aplica con
fuerza en nosotros
Son altas las probabilidades
de haberme vuelto loca finalmente,
pero es que hasta el viento que separa mi
cabellera
parece tu mano propinándome caricias…
La humedad de tus ojos es la responsable,
se impregnó en mi y ahora no sé como era todo
antes,
ni me interesa revivirlo…
Eres mi escalofrío permanente,
mi constante estremecimiento,
mi viaje de ida al espacio donde nos
encontramos
para amarrarnos a ese cinturón de Orión que nos
adormece
Una canción eterna que se afina por las noches
y se escribe nuevamente todos los días
Buscaré las manillas de tu cuerpo
para no soltarte y compartiré contigo
la alegría profunda en este mareo de amarte…