Otra para ti, de los días que más te pienso

En el cielo, en el agua, en el aire.
No estás físicamente,
pero te volviste un suspiro, una risa, un día soleado
una cuerda de la guitarra
y una canción para mis tardes cuando más te extraño.
Estas en el cielo, en el agua, en el aire
en lo cotidiano y en lo mágico.
Estás muy presente en mi corazón mamá.

Tarde

Di algo que pueda dejarme perpleja
Algo que rompa este silencio ruidoso que resuena en mi cabeza
Sacude las palabras que tus ojos insinúan 
O preséntame la obsesión que más te avergüenza
Quiero beberte, respirar contigo esta noche y toda su luna llena
Calmar con tu frescor mi desenfado
Hasta enmudecer y languidecer estos labios que para ti se tensan
Aprieta fuerte con un golpe de sorpresa
Toma mi cuerpo hasta agujerear cada rincón y también los de esta pieza
Bébeme, memorízame 
Quiero que raspemos cada huella de cicatrices ajenas
Pavimentar con el dulzor de nuestras lenguas las decisiones, 
las ternuras, 
hasta dejar roja toda la escena 
como una película 
como una canción nueva
Háblame, susúrrame
Di que somos los mismos que ardientes entrelazan sus manos
Que te ahogas en este hastío 
Que no puedes hacer frente a la mañana sin un beso por la noche
Castígame por atrasarme a tu beso
Castígame porque se ve que mueres por este ensayo de pareja.
Por ilusionarme de ti
Por ser auténticamente yo.


Ilusorio interruptus

Pudiendo ser tan brillante y vibrante

como una ilusión sin tiempo ni entendimiento

Preferiste permanecer tan pequeño ante mis ojos...

Evadiendo

Yo aquí, evadiendo nuevamente
Buscando en las cuerdas de esta guitarra
algún vacío, 
algun olor, 
o una minúscula luz que me distraiga
Coloreando los ojos de este verde que se deposita en la pared 
Aquí sostengo los temores, las exigencias
Busco por las orillas de cada tabla una señal
un mensaje, o algo divino que me acerque a los ojos de mi madre, al calor de mi casa cuando niña o cuando nos reuníamos en verano a comer manzanas 
A las blusas y el perfume de mi madre
A las risas de mi hermano que yace sin epitafio. 
Busco y busco 
Huyendo de mi sin haberme encontrado
Porque aún cuando pude hacerlo, resbalé de mi y escapé rauda de aquí
Cai sobre este cuerpo 10 veces 100
Que me cubra la niebla y su cúmulo gris
A veces no quiero seguir...

El camino sin paradas

Tierra húmeda y roja 
Botines hundiéndose entre las sombras por un bosque lluvioso y copioso dónde me instalé por cuenta propia.
Soy el camino en esta penumbra y una botella de Ron sobre esta mano rota.
Soy el cigarrillo para espantar también a las moscas
A ver si consigo despejar el sendero, para esperar por ese algo que distraiga esta boca.

Hay viento, agua y truenos
Susurros que se cuelan en mis pensamientos, ahogados en licor
y cayendo con exagerado estruendo.
Un nuevo aire cálido se cierne en el pecho 
y golpea también en mi rostro traspasado por el tiempo,  
Una ensoñación de tabaco y miel.
Un camino de maleza y sal.

Sigo adelante, 
cubierta de melancolía como devota comparsa
soy una extraña en este episodio en que divago 
que soy forastera perdida en su propia trama. 
Este cielo se desvanece en la oscuridad
y por cada vagabundeo, que es mi destino
Parece que debo aceptar el aburrimiento como maldición.

Otra para ti, de los días que más te pienso

En el cielo, en el agua, en el aire. No estás físicamente, pero te volviste un suspiro, una risa, un día soleado una cuerda de la guitarra y...

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