Sólo mi ausencia te entregaría
mi silencios adornados de respiros
las pausas que se mueren tras la pregunta
a lo lejos, como de ultratumba los latidos
Todas mis indiferencias te las enviaría
en sobres sin remitentes,
como el silencio musical de una negra
o como el frío que enmudece mi mente
Mi quietud también dejaría contigo
las ganas inmóviles de pensarte sin sentido
la muerte de los dedos sobre el teclado
tallando en la memoria solo puntos suspensivos
Esparciría frente a ti todos mis descansos
mientras lentamente cierro la puerta
dejando al espacio oscurecerse entre tus manos
hasta que tus ojos ya no alcancen
la más minúscula respuesta...
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