INQUIETUD



Pude tragarme la pena
y aun en la garganta quedaba tu nombre
Pude engendrar nuevas ideas para acercarme 
pude engendrarlas cada día 
y por tus ojos pupilosos supe que ya no te alcanzaría 
ni entre todas las formas de imaginarte e imaginarme 
o conectando todas las estrategias e ideas 
ya mis movimientos frutos no mostrarían 
y esta inquietud destemplada me dejó en quietud 
en quietud paralizante 
en catatónica melancolía 
por no saber que más faltaba 
o cuando correspondía 
y cuando no pude mostrarte mis acciones y mis palabras 
las sumergí en mi vientre 
quien sabe sino también en las cavernas pulmonares 
que ya de aire están vacías 
aunque en la niebla caía el vaho de tu nombre 
tristísima e impune quietud que me arrolla 
y esquiva todo rastro de luz 
en este camino de anochecida...









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