Mueves el mundo al paso de tus caderas
Traes el jugo de la manzana mordida
Tiemblan las bestias que mendigan de tu sexo
Enciendes y apagas las tormentas prometidas
Sangran las yagas dolorosas de tus hijos
En tu vientre generoso han batallado soldados a pelo
Quitas la hambruna del mundo con sólo uno de tus pechos
Construyes la primavera cada vez que inicias el vuelo
Virgen que sufre por cada hijo en desconsuelo
Puta que se arrastra al trabajo de lamer zapatos ajenos
En tu sombra descansan brazos que cargan fusiles viajeros
Vigorosos senos conservan la dignidad de tus ancestros
Vives y mueres por día
Cargas en tu vientre la pesadumbre de los olvidados
Sudas y bebes sin victorias ni alegrías
Cosechas del mundo la miseria de pueblos pisoteados
Regálale a estos siglos un nuevo ritmo de caderas
Sacúdete el pelo y acomoda la sonrisa
que no se trata de ir de prisa,
pero si conservar un pie en la tierra y otro
que permanezca bailando en la brisa
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