Está sonriendo,
te observa,
bebe el último trago de vino
y toma un lápiz
Busca un papel de su mochila
no encuentra,
incómodo coge una servilleta...
Vuelve a observarte,
sonríe con incredulidad,
sale de él una
bocanada de humo
Luego de una efusiva carcajada
se dirige a escribir,
llega hasta el papel y no,
no quiere, o no puede
¿ya no hay nada que decir?
¿Que pasó?
¿sólo piensa?
¿sólo quiere corresponder
a sus conversaciones
internas y permanentes, acaso?
¿Que sucede?
algo le molesta
y de pronto se escucha:
"¡mierda!
¡ya no tengo nada!",
un gran estruendo
acompaña la exclamación
Los curiosos asistentes
a aquél nocturno espectáculo
dirigen sus miradas hacia el rostro cubierto en lágrimas.
Sobre él
las frías manchas de tinta,
la sangre de uñas mordidas,
el sudor helado y un charco de vómito bajo el rostro fiambre
del que ahora yace sobre la mesa...
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