Ciudad de Lobos

Desde las calles que no piso
aúllan los lobos heridos
y también aúllan en las calles desocupadas
calles que por hoy si piso
Aúllan y murmullan en las baldosas escondidas
yo, solo escucho desde un extremo
porque hasta aquí llega perfecta su agonía
Están rogando al lobo dios les de tregua
están cansados de comerse la lengua por cada ataque
y el lobo dios no escucha
el lobo dios no tiene oídos
y es que sus orejas son tan irreales
como su presencia y benevolencia
el lobo dios no ha muerto
porque el lobo dios nunca ha existido
pero ahí se quedan los lobos
aullando y murmurando clemencia
aullando y murmurando sin poder quedarse dormidos











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