LE FALTABA PURO HABLAR

Al octogenario le gustaba guardar su prótesis
en recipientes con vino blanco y bebida,
el agua no era de su simpatía, 
no la ocupaba ni pa´pegarse una "lambía"
menos pa´ mandarse una sopita diaria
eso era de maracos- decía.
Acostumbraba a dormir con el "Zampoña", 
único amigo, que a pesar de su origen canino
tenia condiciones pa´ ser llevado por los rusos
o terminar en algún circo gringo
El Zampoña cuidaba de su amo y el vaso de vino,
solía realizar con empeño sus actividades diarias 
y con minucioso sigilo;
la primera era conseguir algunos huesos frescos,
la segunda echar cagando a los pacos 
que se querían llevar al viejo cuando ya estaba a medio filo
y por ultimo en las noches debía, 
por debajo de los cartones,
abrazar a su octogenario amigo...
Una noche, la Luna y la escarcha 
los recibió con una bofetada de realidad;
una patrulla nacionalista "corregía" la vida nocturna 
de la lluviosa ciudad,
Zampoña intentó arrojarse para 
morder esas botas Hitlerianas culiás
Sin tener suerte,
la vida de su octogenario, 
en pocos minutos, yacía finiquitáh
ya sin risa, ni olor a vino 
sólo quedaba una camisa oscura toda empapáh
y un amigo can lamiendo los ojos 
para que pudiese despertar

La prótesis del octogenario, don Rubén,

desde ese momento permanece enterráh 
el Zampoña la cuida como "hueso santo" 
esperando que algún día su amo se levante 
lo abrace y la vuelva a buscar... 

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